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¡Ah, la playa! Un lugar de serenidad, de arena besada por el sol y de olas refrescantes. Pero espera, antes de que puedas disfrutar de todo eso, debes atravesar un peligroso camino por el bosque. Y no, no es un paseo tranquilo para los débiles de corazón. Este camino no es adecuado para cochecitos o niños pequeños, a menos que quieras poner a prueba tus habilidades todoterreno. Las partes estrechas te harán pasar como una sardina en lata, y el terreno accidentado te hará sentir como si estuvieras en una montaña rusa interminable. Pero bueno, una vez que superes ese calvario, la playa es hermosa.
Este tesoro escondido es una verdadera joya por descubrir. Puede requerir un poco de esfuerzo llegar a la playa, ya que el camino es algo desafiante y requiere cierto nivel de aptitud física. Sin embargo, el viaje es una experiencia encantadora, ya que estarás rodeado de exuberante vegetación y un pequeño arroyo que serpentea por los campos. La playa en sí es impresionantemente hermosa, aunque debemos advertirte que puede ser peligrosa en ocasiones. La orilla está cubierta de piedras suaves, así que no olvides traer una esterilla para sentarte. No hay servicios en el lugar, pero esto solo agrega encanto natural y serenidad al lugar, ya que sigue siendo relativamente virgen y libre de multitudes.
La impresionante cala es una auténtica joya que definitivamente merece la caminata por el sendero junto a la iglesia de Santa Ildierna en Lansallos. El paseo a través de los encantadores bosques junto a un sereno arroyo es simplemente encantador. Aunque el ascenso de vuelta puede ser un poco desafiante, la experiencia sin duda lo vale. Además, la iglesia en sí misma es una atracción notable que definitivamente merece una visita.
Si el pasear de un lado a otro no le molesta, entonces esta playa es una visita obligada 😎
La playa fue absolutamente encantadora y el paseo para llegar a ella igualmente agradable. Sin embargo, cuando intentamos seguir el sendero rosa que supuestamente nos llevaría de regreso al estacionamiento, nos encontramos con una falta de señalización clara y terminamos tomando el camino costero en su lugar. Si bien el paseo costero era impresionantemente hermoso, no era en absoluto adecuado para los cochecitos. Nuestra caminata relajada se convirtió en una desafiante excursión que podría haberse evitado con solo una señal más que nos guiara lejos de la playa. Lo que se suponía que era una caminata de 45 minutos se convirtió en una odisea de dos horas.