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Llegar a Camino de los Gracioseros puede que no valga la pena el esfuerzo - implica subir 350m por un lado de la montaña. Aunque pueda parecer bonito desde arriba, es solo otra playa con algunas dunas de arena. Tampoco es la más hermosa playa de arena blanca en Lanzarote. El área de estacionamiento está llena de vidrio roto, pero no tuvimos problemas. Si aún decides ir, asegúrate de llevar zapatos de senderismo, protector solar, agua y un cambio de ropa, ya que estarás empapado de sudor por el calor. Además, si quieres evitar familias, nudistas y personas que se dedican a demostraciones públicas de afecto, ven antes de las 15:00
¡Este lugar es un paraíso absoluto! El sol cálido, la atmósfera salvaje, el agua cristalina y las colinas de arena lo convierten en un lugar perfecto para relajarse. El camino hacia abajo es un poco complicado, así que asegúrate de usar buenos zapatos y una chaqueta - puede haber viento. Se tarda alrededor de 45 minutos a una hora en bajar, dependiendo de tu velocidad. Recomiendo ir temprano por la mañana para aprovechar al máximo tu tiempo en este lugar impresionante. ¡Te sentirás como en una isla perdida!
¡Este lugar es una verdadera joya! Nos llevó un poco de tiempo llegar a la playa, pero valió totalmente la pena. El viento soplaba, pero el agua seguía siendo preciosa. Llegamos a las 5.30 pm y estaba completamente desierta - ¡felicidad absoluta!
Para ser honesto, ¡esta fue la mejor playa blanca de toda la isla - para mí personalmente! Se necesita una caminata por el Camino de los Gracioseros para llegar aquí, ¡pero vale absolutamente la pena! La playa mide 500 metros de largo y había menos de 10 personas en total. El agua era cristalina, la arena fina y las olas eran suaves. Era completamente salvaje y la belleza de la montaña en el fondo era impresionante. ¡No tengo palabras - solo wow! Además, es fácil de acceder, lo que lo hace aún más agradable.
La playa fue una experiencia increíble! Fue bastante difícil de acceder, lo que significó que era muy tranquilo. La bajada tomó alrededor de media hora y la subida de nuevo por el acantilado tomó alrededor de 45 minutos, con algunas paradas de descanso a lo largo del camino. El camino era empinado pero fácil de seguir. Era demasiado ventoso para nadar, pero solo estar allí fue increíble.