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Hace seis años, tropecé con esta joya oculta de playa y desde entonces se ha convertido en un elemento básico de mis vacaciones en la isla. La sombra natural de los árboles circundantes, la ausencia de música y los tranquilos sonidos de la naturaleza crean un irresistible atractivo en este lugar. La falta de olas y el bajo tráfico turístico lo convierten en un lugar perfecto para familias, permitiendo a los padres relajarse en las tumbonas mientras sus hijos juegan seguros en el agua. Hablando del agua, siempre está cálida, cristalina e invita a sumergirse. En mi experiencia personal, incluso he atado una hamaca entre dos de los árboles y disfrutado de momentos de pura relajación. La playa y el hotel son administrados por Yorgo, un griego de 81 años de Komotoni que pasa sus inviernos en Alemania. Puede parecer gruñón y difícil de complacer, pero trabaja incansablemente para asegurarse de que la playa esté bien mantenida. La tarifa de entrada de 5 euros por adulto es un precio pequeño a pagar por el uso de tumbonas ilimitadas, ya que nunca hay demasiados turistas con los que competir. El pequeño bar en la planta baja del hotel ofrece bebidas y snacks limitados a precios ligeramente más altos, pero recomiendo traer sus propios refrigerios en una nevera. Confía en mí, a Yorgo no le importará. Aunque algunos sugieren una renovación para mejorar la playa, creo que arruinaría su encanto natural. El agua turquesa, el ambiente pacífico y la sombra de los viejos pinos hacen que esta playa valga cada centavo. De hecho, he tenido algunos de mis momentos más relajantes aquí. Si Yorgo llega a leer esto, me gustaría enviarle mis saludos y desearle buena salud. ¡Sigue haciendo un gran trabajo, pero cuida tu espalda!
Agradable.
Una playa celestial que es verdaderamente un pedazo de paraíso. El ambiente sereno y tranquilo es perfecto para aquellos que buscan un retiro pacífico. La cubierta natural de sombra es amplia y espesa, proporcionando una amplia protección de los rayos del sol. El agua es cristalina y plácida, con una profundidad encantadora que no es ni demasiado superficial ni demasiado profunda. La tarifa de entrada puede ser de solo 5 euros por persona, pero la experiencia vale mucho más que eso.
La playa es una auténtica joya. La tranquilidad y la impecable limpieza del lugar nos dejaron hechizados. Fue un cambio refrescante de las playas habituales y abarrotadas. Nos cobraron una tarifa nominal de 5 euros por persona por un día entero de disfrute del sol, el baño en las cristalinas aguas y la deleitosa atmósfera serena. La guinda del pastel fue la cálida hospitalidad del caballero que administra el bar y la entrada. Quedamos completamente satisfechos con nuestra experiencia y recomendamos encarecidamente esta playa a cualquiera que busque una escapada tranquila.
Este lugar sereno presume de una playa encantadora enclavada en una acogedora y resguardada ensenada. Es un lugar ideal para que las familias con niños pequeños disfruten de las suaves olas y la arena suave. El hotel cercano ofrece refrescantes bebidas y deliciosos sándwiches para un bocado rápido. La entrada es modesta, solo 5 euros por adulto, lo que garantiza una atmósfera pacífica y sin multitudes. La arena en polvo de la playa es una característica encantadora que contribuye a la experiencia general.