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La costa de Provenza presume de una impresionante extensión de playas de arena que dejan sin aliento. Los tonos del agua son sencillamente hipnóticos y dejan una huella imborrable en la mente. El paseo por la costa es un deleite para la vista, con vistas impresionantes del océano y del paisaje circundante.
Esta playa no es más que ordinaria, anidada en una bahía con agua cristalina. Si tienes la suerte de llegar temprano, es posible que puedas conseguir un lugar junto al agua, pero no lo des por hecho. La playa está mayormente cubierta de guijarros, lo que hace difícil instalar tu propia sombrilla. Hay algunas comodidades disponibles, como un baño, duchas de playa y un bar que sirve comida. Sin embargo, prepárate para las multitudes. Este lugar es increíblemente popular durante la temporada de verano, y puede ser bastante agitado. Si buscas un día tranquilo en la playa, este no es el lugar para ti. Descubrimos que llegar a las 9 de la mañana era la mejor manera de evitar el caos. En resumen, es un lugar hermoso, pero no esperes un día sin estrés en la playa.
El camino a lo largo de la playa ofrece vistas impresionantes del océano durante todo el recorrido. La caminata no es demasiado exigente y hay muchos lugares idílicos para detenerse y disfrutar de un picnic. Es importante llevar calzado adecuado para la caminata, pero la experiencia bien vale la pena. Aunque era principios de julio, el agua todavía estaba un poco fría para un baño completo, pero un refrescante chapuzón en el mar era sin duda posible.
¡Ah, la playa! Un lugar donde puedes pagar por el privilegio de estar cerca del agua. Por tan solo 4 euros, puedes quedarte en el parque superior, o si te sientes especialmente extravagante, desembolsa 8 euros por el parque inferior, donde puedes disfrutar del esplendor de la playa de piedras. El agua puede ser fría, pero al menos es lo suficientemente clara como para ver la vida marina. Y si eso es lo que te parece divertido, entonces adelante y ama este lugar.
El Calanque fue una auténtica joya, fácilmente accesible en coche y a un corto paseo. Nuestra visita a principios de octubre fue un sueño: solo tuvimos que compartir la playa con un pequeño grupo de 10 personas. Además, hubo una deliciosa caminata que nos llevó a un impresionante punto rocoso. Fue verdaderamente una experiencia inolvidable.